EL NUEVO DIARIO, PEKÍN.- China, el mayor socio comercial de Irán, país con el que ha fortalecido su relación en los últimos años, está en el punto de mira por su posible capacidad para prevenir un agravamiento del conflicto en Oriente Medio después de que Irán afirmara haber lanzado cientos de misiles contra Israel.
La Cancillería china manifestó este miércoles su «profunda preocupación» por la «volátil situación» en Oriente Medio y expresó su «oposición a la expansión del conflicto», tras la respuesta iraní después del asesinato del líder de Hizbulá, Hasán Nasrala, parte del llamado Eje de la Resistencia liderado por Teherán.
“China hace un llamamiento a la comunidad internacional, especialmente a las potencias influyentes, para que desempeñen un papel constructivo a fin de evitar una mayor desestabilización de la situación”, señala el comunicado oficial difundido hoy en la página web del Ministerio de Exteriores.
El país asiático identifica «la incapacidad de lograr un alto el fuego en Gaza» como «la causa fundamental de la actual ronda de inestabilidad» en la zona.
El ataque de Irán sucede mientras el gigante asiático celebra una semana vacacional con motivo de su Día Nacional, por lo que no se esperan en principio grandes gestos en jornadas de inactividad política.
Pekín ya instó el domingo a Israel «a tomar medidas inmediatas para enfriar la situación y evitar que el conflicto «se descontrole».
Sin embargo, el gigante asiático ha evitado asumir un papel mediador destacado en las pasadas semanas, al menos de cara al público, en el conflicto entre Israel y sus vecinos, pese a haber logrado algunos éxitos recientes en la diplomacia de la zona.
El pasado julio se firmó en Pekín un acuerdo de unidad entre el grupo islamista Hamás, el partido secular Fatah y otra decena de grupos palestinos después de tres días de conversaciones en la capital china, tras un enfrentamiento interno entre las facciones que se remontaba a casi dos décadas atrás.
No fue la primera vez que China se erigió como mediadora en un conflicto de la región: el año pasado ejerció de intermediaria para que Irán y Arabia Saudí alcanzaran un acuerdo para restablecer sus relaciones diplomáticas.
El pasado mayo, cuando Irán realizó un ataque contra suelo israelí, el ministro de Exteriores, Wang Yi, indicó a su homólogo iraní que China «ha tomado nota de las declaraciones de Irán de que sus acciones son limitadas y en ejercicio de su derecho a la autodefensa», poniendo de manifiesto la buena sintonía entre Pekín y Teherán.
El Sur Global
China e Irán han fortalecido sus relaciones en los pasados años. Pekín es el principal socio comercial de Teherán desde hace una década, así como su mayor comprador de petróleo, y sus lazos quedaron claros en 2021 con un acuerdo de cooperación de 25 años en ámbitos como el económico, el militar y el energético.
Más allá, la segunda economía mundial se ha convertido en un actor clave en Oriente Medio, una zona importante para su Nueva Ruta de la Seda y sus intereses energéticos, con China como el mayor importador de petróleo del mundo, que en lógica dependen de la estabilidad de la zona.
Irán se convirtió además el pasado año en miembro de la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS) -bautizada como ‘la OTAN china’- y se encuentra entre los seis nuevos países que se unieron este año a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), extensión promovida por Pekín.
Para algunos analistas el conflicto en Oriente Medio podría reforzar el ansia de Pekín de liderar el Sur Global ante el supuesto declive de la influencia de EE.UU. en la región. En este sentido, el canciller chino buscó apoyo entre los países del sur durante su reciente participación en la ONU, en un momento de fricciones con Occidente.