- Bitcoin se comporta como “activo de riesgo”, pero tiene rápidas recuperaciones.
- Se dispara el precio del petróleo ante la posibilidad de que haya mayor escasez.
Octubre empezó «con el pie izquierdo». A pocas horas de haber iniciado el décimo mes del año, los conflictos bélicos en Medio Oriente, Rusia y Ucrania escalan a nuevas alturas. Incluso, hay quienes se atreven a decir que el mundo está al borde de la Tercera Guerra Mundial.
En este contexto, los activos financieros están teniendo comportamientos variados. Mientras bitcoin tiene una caída que lo lleva cerca de 60.000 dólares, la onza de oro sigue cotizando cerca de sus máximos históricos y el precio del petróleo se dispara al alza.
CriptoNoticias ha explicado hace minutos qué es lo que está ocurriendo con bitcoin. Básicamente, el mercado lo percibe todavía como un activo «de riesgo» por lo que su precio tiende a reaccionar a la baja ante situaciones que se perciben como caóticas o críticas. Esto es porque los inversionistas prefieren posicionarse en activos que suelen considerarse más seguros, como los bonos del Tesoro o el oro para preservar su capital.
De todos modos, bitcoin tiene históricamente rápidas recuperaciones al alza en escenarios así. Sus fundamentos alcistas siempre terminan imponiéndose.
El caso del petróleo es particular. Hoy, los precios han subido 5%. Según los analistas del boletín financiero ‘The Kobeissi Letter‘, «la escalada de tensiones en Oriente Medio, con Irán lanzando un importante ataque con misiles contra Israel, ha llevado a los inversionistas a considerar seriamente la posibilidad de un conflicto a gran escala. Este temor ha elevado los precios del petróleo».
Hay tres razones principales por las que el petróleo va al alza en una situación como la que aquí se presenta, todas relacionadas con la oferta y la demanda de esta materia prima.
En primer lugar, debe considerase que Oriente Medio es una región de gran producción de petróleo. Cualquier enfrentamiento que amenace la producción o el transporte de petróleo genera preocupación sobre el suministro mundial. La posibilidad de que los ataques dañen infraestructuras clave, como refinerías o rutas de transporte, eleva los temores de escasez, lo que dispara los precios.
Los inversionistas suelen reaccionar ante la incertidumbre buscando asegurar el acceso al petróleo antes de que su disponibilidad se vea afectada. Debido a que los conflictos pueden limitar la exportación desde estos países se que crea una percepción de menor oferta en el mercado global y presiona al alza los precios.
Además, en momentos de guerra o de tensiones internacionales, los países que dependen del petróleo para sus industrias buscan asegurarse suministros a largo plazo, lo que aumenta la demanda en los mercados.
A diferencia del petróleo, los índices bursátiles importantes (por ejemplo, el S&P500) tienden a comportarse como activos «de riesgo» (es decir, de una forma parecida a la que lo hace bitcoin). Hoy, el índice que rastrea a las principales acciones estadounidenses ha reaccionado a la baja ante las novedades bélicas:
Dicen los analistas de ‘The Kobeissi Letter’:
Si analizamos el comportamiento histórico del S&P 500 durante los principales conflictos geopolíticos, observamos que, en promedio, este índice cae un 2% cuando comienza un conflicto importante. Sin embargo, el descenso total promedio de estos eventos es del 8,2%. Aunque este es un patrón general, existen múltiples factores que influyen en los resultados, lo que hace que las proyecciones sean más complejas.
The Kobeissi Letter, boletín de análisis financiero.
Para los mencionados especialistas, «un aspecto clave a tener en cuenta es si la guerra estalla durante una recesión o no». CriptoNoticias ha informado que, a pesar de que no hay una recesión declarada, en los Estados Unidos hay varios indicadores que muestran que la economía estaría dirigiéndose hacia tal situación.
Según los analistas de Kobeissi, en caso de que haya recesión, el mercado tiende a caer 11,5% en el año posterior al inicio de la guerra. Por el contrario en un escenario de no-recesión, el rendimiento en los siguientes 12 meses suele ser de 9,2%, positivo.
De todos modos, hay excepciones a la regla. Se señala en el boletín de análisis financiero que «no todos los conflictos bélicos han tenido un impacto negativo en los mercados. Durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, después de una caída inicial, el S&P 500 se disparó, ya que los inversionistas vieron la guerra como una oportunidad para la expansión económica de Estados Unidos». Sin embargo, aclaran que «ese fue un conflicto único y transformador para la economía estadounidense, muy diferente de los que enfrentamos hoy en día».
Una situación diferente se vivió tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Como la economía ya estaba en recesión, el impacto se vio agravado y el S&P500 cayó 18% en los 12 meses posteriores.
Por estas y otras razones, los analistas de Kobeissi concluyen que «aunque los mercados financieros tienden a reaccionar negativamente al inicio de un conflicto, los factores económicos más amplios, como la presencia o ausencia de una recesión y los ciclos de recortes de tasas tienen un impacto significativo en el desempaño a mediano y largo plazo».
Como puede percibirse, la situación aparenta seguir un desenlace caótico, y posiblemente continúe incrementándose esta tensión mundial en próximos meses.
En un contexto así, los bitcoiners pueden estar agradecidos, ya que las bajadas en el precio les otorgan nuevas oportunidades de compra. En el mediano y largo plazo, los fundamentos alcistas para BTC continúan vigentes y es de esperar que la moneda digital vaya rumbo a nuevas alturas en su cotización.