La globalización y los nuevos tiempos han traído consigo significativos cambios en la economía en general. El mundo ha tenido que volcarse hacia la digitalización y la mayoría de los negocios tradicionales han tenido que crear una estrategia de visibilidad en internet o apoyarse en máquinas tecnológicas para mejorar su productividad.
Tal como dice el dicho que describe esta latente realidad, “lo que no está en internet, no existe”. los emprendedores han tenido que apoyarse en el uso de las redes sociales para poder sobrevivir.
Hace 15 años, Lenin Ramírez, creó una pequeña agencia de publicidad a la que llamó “Proyecto Midas”, y desde entonces ha tenido que enfrentar grandes desafíos, primero económicos, porque no contaba con el capital suficiente, y luego de transformación digital y tecnológica para poder ir ganando clientes y fidelizarlos.
Su primera oportunidad se la ofreció un colegio ubicado en Las Palmas de Herrera para crear el uniforme de la promoción del último curso del bachillerato. Luego de este primer trabajo, creció el “boca a boca” y Lenin y su esposa Katherine Pérez, quien le ha acompañado durante todo este recorrido, comenzaron a recibir más ofertas de otros colegios de la zona para que les trabajaran todos los uniformes y materiales de publicidad de sus promociones de bachillerato.
Gracias a ese marketing tradicional, es decir, a las recomendaciones de los mismos clientes, Lenin recibió el apoyo de alrededor de 10 colegios en su primer año de trabajo.
Luego, en la época que comenzaron a disminuir la presentación de las promociones de los colegios, Lenin y su esposa empezaron a ofrecer sus servicios a empresas y partidos políticos, aprovechando las coyunturas electorales.
Sin embargo, a pesar de que ya comenzaba a ganar rentabilidad, estuvo al punto de irse a la quiebra debido a una deuda que asumió con un cliente que no le pagó a tiempo. Por eso, antes de cerrar el negocio definitivamente y de rendirse, Lenin decidió empezar a aprender de innovación y tecnología y a evaluar todas las facilidades que empezaban a generar un “boom” en los negocios cerca del año 2011, cuando las redes sociales comenzaron a tener el auge que hoy día ya es imbatible y cuando la tecnología empezó a aumentar la producción de las empresas que asumieron las transformaciones que debían realizar sin comprometer la calidad de su trabajo.
“Tuvimos que adaptarnos a los nuevos tiempos y buscar herramientas que nos ayudaran a no cerrar ese emprendimiento que tanto nos había costado. Teníamos una serigrafía manual donde trabajábamos pieza por pieza cada diseño que se le iba a colocar a una camiseta o una gorra”, recuerda Lenin.
Gracias a la técnica conocida como “sublimación” y a las nuevas tecnologías que permitían que la personalización de los productos publicitarios fuera un proceso más rápido y eficiente, Lenin y su equipo pudieron empezar a plasmar imágenes en los materiales de manera más automática.
No obstante, ellos no aún no tenían todo el conocimiento que exigía manipular muchos de los equipos que llegaron a revolucionar el sector de la publicidad y la serigrafía, por lo que decidieron contratar los servicios de otras empresas que ya tenían más experiencia en el área mientras todos los colaboradores de Proyecto Midas se educaban sobre estas herramientas.
Tras un amplio proceso de aprendizaje, Lenin decidió dar el paso de adquirir máquinas de tecnologías y ya comenzar directamente a trabajar la serigrafía de los materiales desde su agencia. Hay una máquina conocida como “Transfer” que permitió que más clientes llegaran a Proyecto Midas porque esta herramienta permite trabajar una gran cantidad de piezas en pocos minutos como camisetas que se necesitan rápido para despedir a un ser querido, materiales para eventos, trabajos políticos y otros materiales que se necesitan de forma rápida.
Así, poco a poco, Lenin fue adquiriendo nuevas herramientas que le permitieron luego contar con impresiones y serigrafías de forma cómoda y acelerada y ya no sólo trabajar la serigrafia de piezas de ropa, sino de establecer pequeños negocios con marcas reconocidas ofreciéndoles el servicio de grabado de los empaques y bolsas reutilizables.
“Ante este crecimiento, comenzamos a tener un sentido ecológico. Comenzamos a hacer reciclaje con los materiales que nos quedaban y siempre tratamos de usar materiales sostenibles. Todo lo que compramos, como las tintas por ejemplo, deben cumplir con ciertos requisitos medioambientales. El cartón lo compramos a empresas que reciclan y así ser más amigables con el medio ambiente”, cuenta Lenin.
Desafíos actuales
A pesar de que ha ido enfrentando los retos que durante estos 15 años se le han presentado, en al actualidad tiene que darle la cara a otros que van más allá de la digitalización, como la carga tributaria que ha asumido, considerando que para los pequeños y medianos negocios no hay excepciones impositivas.
“Crecer en este entorno donde el emprendedor quiere tributar es difícil. Tenemos por ejemplo el anticipo, que es una carga tributaria que me ha afectado un poco porque se toman medidas en general para las empresas del país sin considerar su tamaño”, expresa Lenin.
Educación y emprendimiento
En esta década, Lenin ha decidido tomar su conocimiento parra ofrecer consejos a algunos nuevos emprendedores. Él comenta que a pesar de los retos tributarios, formalizarse es una gran ventaja, pero es un tema que “asusta” porque aún falta por educar a nivel tributario.
Para Lenin, el país debe mejorar la formación dirigida a los emprendedores, ya que a pesar de que la formación técnica para este grupo está bien avanzada, hay otras áreas en las que se debe prestar mayor atención, como la inteligencia emocional y las finanzas personales.
“Pienso que como nación debemos también pensar en el tipo de emprendimiento que necesitamos para que el país se desarrolle. Nosotros tenemos un turismo creciente y constante, por lo que es un buen nicho para seguir preparando a los emprendedores sobre todo aprovechando las transformaciones digitales”, considera Lenin.