Residentes en el residencial Cuesta Brava negaron que no se permita el tránsito por el lugar como denunciaron recientemente los conductores de Arroyo Hondo que utilizan las vías que cruzan por ese habitacional.
“Esta Junta de vecinos niega que no se permita el paso a través de sus dos garitas. En horas pico los conductores entran sin restricciones de ningún tipo a este residencial. Pasadas esas horas los empleados encargados de las garitas controlan el paso, exigiendo identificación y preguntando hacia donde se dirigen a las personas que desean ingresar al residencial”, dice una comunicación enviada a este medio por la Asociación de Vecinos de Cuesta Brava (AVCB) en la que explica que eso se hace como medida de seguridad.
“Durante el tiempo de pandemia, a la hora del toque de queda, hemos estado cerrando la garita situada en la calle Salome Ureña esquina carretera la Isabel. Se supone que nadie transita a esa hora, aparte de que no es hora pico. La entrada del residencial permanece abierta”, señala el documento.
El comunicado también afirma que están amparados en la resolución 40/2011 de la Sala Capitular del Ayuntamiento del Distrito Nacional del siete de diciembre de 2011, de la cual fue anexada una certificación, para construir las dos garitas que tiene el residencial, así como la colocación de brazos de control en las calles Ercilia Pepín y Salomé Ureña.
Explica que la sentencia a la que hacen referencia los denunciantes que ordena demoler las garitas que habían sido edificadas en la zona había sido ejecutada el 24 de marzo de 2010.
Exhortan a los que se sienten afectados por las regulaciones que aplican exigir a las autoridades buscar las soluciones pertinentes al tránsito en la zona.
En una nota publicada por este diario el pasado 28 de octubre, conductores de Arroyo Hondo denunciaron que la Junta de Vecinos del residencial Cuesta Brava “había vuelto a cerrar el tránsito por el interior del habitacional, a pesar de una sentencia de la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia, que lo prohibe y ordena demoler las garitas levantadas para estos fines, lo que genera taponamientos en la zona y discusiones con la seguridad del lugar.” En su nota, la Junta de vecinos desmiente tal afirmación, anexando la ya citada resolución de la Sala Capitular.