EL NUEVO DIARIO, LISBOA.- El grupo Corazón Silenciado, la primera asociación de víctimas de abusos en la Iglesia católica portuguesa, ha instado a la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) a cambiar su sistema de reparaciones para hacerlo más humano. Esto incluye la forma en que se comunica con la sociedad y el criterio para calcular las indemnizaciones económicas.
La agrupación explicó en un comunicado este jueves que estos fueron algunos de los mensajes que transmitieron ayer, miércoles, durante una reunión organizada en Coimbra, ubicada a unos 200 kilómetros al norte de Lisboa, con la presidencia de la CEP.
Durante el encuentro, Corazón Silenciado celebró la decisión de la Iglesia de compensar a las víctimas, aunque pidió un cambio en el método de cálculo de las compensaciones establecido por la CEP. En abril pasado, la CEP anunció que cada monto será decidido caso por caso por un comité.
«Al tener que justificar ante la nueva comisión, creada para analizar el impacto del abuso en nuestras vidas, seremos solo un número más sin rostro, sujetos a una ‘lista de precios’ del sufrimiento», criticó la asociación, que defendió que este proceso debe ser una cuestión de humanización y no simplemente un procedimiento burocrático.
Además, informaron que la CEP ha eliminado todos los testimonios recogidos durante una investigación realizada en 2022 por una comisión independiente también creada por la CEP. Esta comisión recogió testimonios de más de medio millar de personas y estimó que en Portugal hubo al menos 4.800 menores que sufrieron abusos sexuales en instituciones de la Iglesia desde 1950.
De esta manera, las personas que soliciten una indemnización no podrán referirse a lo que comunicaron a esa primera comisión y deberán explicar nuevamente su caso al nuevo comité.
«Es frustrante saber que todo el trabajo de la comisión independiente no tuvo como objetivo ayudar y acompañar a las víctimas, sino recoger datos/testimonios para comprender la realidad pasada y para fines estadísticos», lamentó la asociación.
En la reunión, también exigieron a la Conferencia Episcopal «hablar con una sola voz», sin dividir las decisiones según las diócesis, y sugirieron «una publicidad frecuente y explícita, por parte de la Iglesia, incluyendo una campaña televisiva», para informar «de manera simple y clara» a dónde deben dirigirse las víctimas que deseen solicitar una indemnización.
Por su parte, la CEP «valoró la valentía de las víctimas al contribuir a la comprensión del sufrimiento causado por los abusos» y tomó en cuenta sus «preocupaciones y sugerencias», según se recoge en la nota.
En abril, la Conferencia Episcopal Portuguesa anunció que indemnizará a las víctimas de abusos que soliciten compensación, a través de un fondo monetario financiado por «contribuciones solidarias» de todas las diócesis del país.
Las víctimas podrán solicitar esta compensación entre junio y diciembre de 2024.
El grupo Vita, una estructura de apoyo también creada por la CEP para brindar apoyo a las víctimas, informó recientemente que al menos 39 personas pretenden solicitar una indemnización.»